«Creo que una novia moderna debe vestirse de una forma que sea fiel a sí misma», afirma Tish Weinstock.
«No se trata tanto de ajustarse a las tendencias o a la tradición como de expresarse de forma auténtica». Es un mantra que la editora de belleza de British Vogue adoptó el día de su propia boda el año pasado, una celebración realmente única que fue un fenómeno en Instagram y que la publicación describió como una «boda de Halloween con gran dramatismo». «Quería parecer en parte Miss Havisham y en parte Morticia Addams», explica. «Muy gótica, muy fantasmal, pero también muy romántica y sirena. Sabía que tenía que ser vintage, quería algo con una historia detrás. Busqué en los vestidos vintage de John Galliano la máxima decadencia etérea».
Quién mejor, en este caso, para destacar a los diseñadores más notables del verano que dan la vuelta a la tradición con su visión contemporánea de la moda nupcial. A continuación, Weinstock presenta las marcas que están cambiando las costumbres en esta temporada de bodas. Es hora de romper las reglas con los looks modernos y artísticos de Jacquemus, Cecilie Bahnsen y muchos más.
Altas dosis de glamur: Taller Marmo
Conocida por reinventar los vestidos de noche, Taller Marmo tiende un puente entre el maximalismo y la sencillez. Los vestidos de un solo hombro y los caftanes drapeados de la marca han elevado a la firma a la categoría de culto. Así que, si hablamos de vestidos de novia, ¿por qué tantas mujeres han optado por un diseño de Taller Marmo?
«El vestido de fiesta Ubud Extravaganza con ribete de plumas representa el glamur del Viejo Hollywood», dice Weinstock. «Es como combinar a Joan Didion con Mary-Kate Olsen. Es adulta, tiene su vida resuelta. Hay algo muy coqueto en lucir un hombro al descubierto, mientras que el decadente ribete de plumas lo convierte en el último grito de las novias explosivas. El precioso color marfil y el tejido de peso medio permiten que el drapeado ondee con elegancia. Yo combinaría este vestido con los pendientes con colgante de perlas de Jil Sander, porque son elegancia pura. Obviamente, las perlas son muy tradicionales y, sin embargo, estos pendientes son increíblemente modernos. Son delicados pero nada recargados, con un marcado diseño que se presta al estilismo en general».
Detalles artísticos: Jacquemus
Cuando Simon Porte Jacquemus se casó con su pareja Marco Maestri en agosto de 2022, muchos de sus invitados, como Dua Lipa y Amina Muaddi, lucieron prendas blancas de Jacquemus. Este alejamiento de la idea tradicional de que los invitados a una boda nunca vistan de blanco fue una oda a la propia boda progresista, en la que el diseñador lució su propio vestido de novia blanco por la noche. Dejando a un lado las celebraciones personales, el diseñador francés crea diseños aptos para la nueva generación de novias que prefieren un enfoque artístico, menos es más, perfecto para una boda europea en pleno verano.
Weinstock afirma: «El vestido La Robe Maille Alca es realmente sofisticado. Esbelto y sexy, acentúa las curvas para dar una sensación femenina sin ser demasiado recargada. Y el vestido Abanada asimétrico es una lección de elegancia minimalista. Se ciñe al cuerpo para acentuar las curvas: tiene un bonito detalle de abertura en el lateral y tirantes de lencería ajustables para que quede perfecto. Es tu momento Monica Bellucci. Yo combinaría este vestido con las sandalias con aplique floral de Magda Butrym. Son unos zapatos muy delicados que le dan un toque especial a un look que, de otro modo, sería discreto».
Siluetas modernas: KHAITE
Cuando el ADN de una marca incluye prendas de fondo de armario refinadas, es natural que sus seguidores busquen en ella algo más que estilismos para el día a día. El minimalismo depurado y las proporciones interesantes y elegantes de KHAITE, una de las marcas más buscadas de Nueva York, garantizan momentos memorables en el camino al altar. «El vestido Punzel es el momento de cuento de hadas definitivo», señala Weinstock. «La clave está en el nombre: Punzel, como Rapunzel, la del pelo largo. Tiene una cintura caída realmente preciosa y una falda suavemente plisada que resulta muy elegante y madura. Los hombros descubiertos son muy seductores y femeninos sin ser demasiado empalagosos: es muy clásico. Sería muy divertido empezar con el vestido Punzel y ponerte el vestido midi con lentejuelas Carina después de la cena para la fiesta».
«Ambos looks quedarían muy bien con los mules de punta cuadrada de Proenza Schouler, que aportan al estilismo un toque de frescura de los años 90», añade Weinstock. «También son muy cómodos, lo que es clave para las bodas, ya que los pasillos hacia el altar pueden ser largos y traicioneros».
Nuevo romanticismo: Cecilie Bahnsen
Sería imposible hablar de la novia moderna sin mencionar a Cecilie Bahnsen. Romántica, experimental, espectacular: la alta costura de la marca crea vestidos dignos de una novia expresionista. «El vestido Beth con corte imperio de Cecilie Bahnsen es muy sencillo y elegante», afirma Weinstock. «La forma voluminosa se compensa con los tirantes finos y delicados. Es divertido, coqueto y femenino, pero su silueta arquitectónica le confiere seriedad y un toque vanguardista». Por otra parte, el vestido Snow de la marca es muy estilo «Courtney Love».
«Yo combinaría estos dos looks con los pendientes en oro amarillo de 14 kt con perlas de Sophie Bille Brahe. Los lazos a veces pueden parecer frívolos, pero este par en concreto está hecho con perlas de agua dulce y oro de 14 kt, lo que les da un toque de distinción. Son realmente delicados y bonitos, el detalle añadido perfecto».
Toques vintage: Jenny Packham
Los vestidos de noche de Jenny Packham, que adoptan una estética de «más es más», se mueven entre lo impactante y lo sofisticado. «El vestido Zooey de lentejuelas de la firma encarna el glamur de Hollywood», dice Weinstock, «como Marilyn Monroe o Kim Kardashian en la Gala del Met. El escote en V y la silueta halter son increíblemente sexys, mientras que los cristales plateados garantizan que todas las miradas se centren en ti. Otra opción para una novia moderna es el vestido de fiesta Kenzy con cristales, que tiene una silueta muy bonita y favorecedora y detalles de pedrería. Es semitransparente, por lo que resulta diáfano y etéreo. Su inspiración años 30 me encanta. Personalmente, probablemente le quitaría el forro, porque me encantan los vestidos desnudos.
En cuanto al estilismo, me pondría estos dos vestidos de Jenny Packham con los pendientes Staci con apliques de cristal de Jennifer Behr. Su forma de araña les da un toque extra de glamur, y su naturaleza tan delicada hace que no destaquen por encima del vestido».